viernes, 17 de junio de 2011

EN PLENO CENTRO CAPITALINO


Roban en casa de periodista

*Indignada por la falta de seguridad en la capital del estado

OSWALDO RODRÍGUEZ
Foto: ULISES LÓPEZ

Indignada y con un documento legal en la mano, Margarita Farrera Pola, encargada de un programa de entrevistas en una televisora local, recorre a pasos lentos los pasillos de su departamento que apenas días atrás fue irrumpido por un par de asaltantes.
A sus 84 años de edad nunca había sido víctima de la delincuencia hasta el pasado martes. Se percató por pura coincidencia, cuando su sobrino-secretario, Erick Farrera Orozco, se dirigió a la cocina para servir un café a los invitados. Ambos, junto a otros acompañantes, habían regresado a las 20:15 horas del martes de su programa televisivo “Chiapas nuestra casa”, transmitido en horario vespertino.
—Hijo, sírvenos un café— le indicó a Erick desde la mesa, pero extrañamente la cafetera no estaba en el lugar. Lo mismo pasó con la licuadora, el horno de microondas, el horno de cristal y el procesador de alimentos.
—Creo que entraron a robar— fue su respuesta.
Los dos se dirigieron a la oficina y sólo estaba el espacio vacío, antes ocupado por un pantalla de su computador de 18 pulgadas marca Acer y le habían sustraído también tres impresoras, dos de ellas multifuncionales, un modular, dólares y billetes viejos de denominación extranjera.
Tras la revisión, se encaminó hacia su dormitorio, en el que faltaban dos anillos de brillantes de un cuarto y medio kilates, respectivamente; un ventilador de pedestal, una cámara digital Sony y tres alhajeros, uno de ellos recién regalado por su hijo el 2 de junio, día de sus cumpleaños.
Eran alhajas de toda su vida, recuerdo de infancia y regalos obsequiados por su madre.
Los delincuentes —supone Margarita— forzaron el cuadro de la ventana y quitaron sus macetas para ingresar un alambre de casi un metro, doblado en círculo al final, para jalar la manija de la puerta de la cocina y poder abrirla.
Fue así como presume que su apartamento 7, del conjunto habitacional número 251 ubicado en la 3ª Avenida Norte Oriente, fue perpetrado.

***
Margarita, tras percatarse del atraco, intentó comunicarse con Gabriela Zepeda, titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, pero fue imposible, nadie contestó el interfono. Lo mismo pasó con los números de Atención Ciudadana que siempre suenan ocupados.
La periodista cintalapaneca recalca su indignación en contra de lo que se supone “vivimos seguros”, remató.
—No hay policías de Proximidad en la zona, a pesar que frente a mi domicilio está el mercado “20 de Noviembre”.
Después de no recibir auxilio, intentó acudir con el alcalde municipal, pero dijo “es más fácil hablar con Dios que con Yassir Vázquez”.
Fue entonces como ayer por la mañana se dirigió al Centro Administrativo de Justicia 4 Palmas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para levantar la averiguación previa número 389/CAJ4-2/2011 con respecto al robo.
Irónicamente, el fiscal del Ministerio Público que la atendió tenía el rostro golpeado, pues un día antes él también había sido víctima de la delincuencia.

jueves, 2 de junio de 2011

EN LA CAPITAL DE CHIAPAS


Asesinan a taxista

Tenía un tiro en la cabeza y su unidad estaba a dos cuadras del cadáver

OSWALDO RODRÍGUEZ
Fotos: ÁNGEL HERNÁNDEZ

Su cuerpo estaba tirado de bruces sobre un charco de agua y con un tiro en la cabeza; yacía a mitad del bulevar La Victoria, a dos cuadras del lugar en el que su taxi fue abandonado por sus agresores.
La unidad con placas de circulación 5914-BHE y número económico 0842 estaba a orillas del único campo de futbol de la colonia, con el autoestereo encendido a bajo volumen y con el borde inferior de la puerta del piloto manchado por diminutas gotas de sangre.
Horas antes de su muerte Daniel Cruz de la Cruz, de 31 años, fue visto por uno de sus compañeros aparcándose cerca de un depósito de cervezas en respuesta a la parada que dos personas le hicieron segundos atrás.
Incluso el compañero que lo vio pasar respondió al saludo con un toque de claxon como acostumbraban hacerlo cuando se encontraban.
La noche anterior -narraron sus compañeros- Daniel había tenido una conversación con varios de sus colegas a través del canal del radio; algo inusual, pues dijeron casi nunca lo hacía. Esa misma noche, su hermana mayor tuvo una inquietud que le quitó el sueño.
Horas después, le llegó la muerte.
Alrededor de las 2:00 de la madrugada del jueves una bala traspasaría su cabeza y pondría fin a sus más de 10 años al servicio del volante.
Daniel era conocido por los colonos de La Condesa, lugar en el que vivía con su esposa y sus tres niños (dos niños y una nena). Al parecer él era el único varón de tres hermanos.
Sus compañeros de trabajo estaban incrédulos al observar que frente a ellos Daniel yacía sin vida.
Poco tiempo después, arribaron las autoridades policiacas, el fiscal del Ministerio Público y personal del Servicio Médico Forense (Semefo) quienes se encargaron de llevar el cadáver a la morgue.
Las primeras investigaciones, según contaron los oficiales, marcan la existencia de varias hipótesis respecto al asesinato.
Se contempla un presunto asalto en el que los delincuentes arremetieron contra Daniel cuando estaba a bordo de su unidad de pasajes, enseguida, le dispararon y lo aventaron mientras intentaban huir con el mismo vehículo.
De igual forma consideran que durante el atraco, el ruletero forcejeó contra sus intimidadores, se bajó del taxi y antes de huir le asestaron un balazo en la cabeza.
Sin embargo, de acuerdo a la fuente, al parecer el occiso tenía todas sus pertenencias.
Asimismo tampoco se descarta la existencia de un supuesto un ajuste de cuentas. No obstante, los agentes especializados siguen con las investigaciones pertinentes respecto al caso.

miércoles, 1 de junio de 2011

EN EL MONUMENTO A LA BANDERA


La encontraron muerta

Tenía un balazo a la altura del pecho y una pistola en la mano izquierda

OSWALDO RODRÍGUEZ
Foto: ULISES LÓPEZ

Tuxtla Gutiérrez.- Con una herida de bala a la altura del pecho y un revolver cerca de su mano izquierda fue encontrada una mujer bajo una de las bancas metálicas del monumento a la bandera situado en el Parque Bicentenario “José María Morelos y Pavón”. Al parecer el cadáver tenía entre cuatro a cinco horas en el lugar.
Según relataron los dos jóvenes que hicieron el llamado a la ambulancia, ellos dieron con el cuerpo sin vida alrededor de las 13:30 horas de manera accidental.
Narraron que ambos habían ido a tomar unos refrescos al pie de las estatuas y después de unos minutos de charla, Brian Eduardo Santos López y Daniel Velasco Alfaro, de 17 y 16 años respectivamente, se dirigieron a los cestos de basura para depositar los envases y fue cuando se percataron que justo frente a ellos, yacía el cuerpo de una mujer en el suelo.
La fémina portaba una gorra negra desteñida marca Adidas, una blusa oscura con mangas de tres cuartos, unos jeans azules y zapatos cafés de gamuza; sin embargo, su mano izquierda estaba cubierta con una chaqueta de mezclilla, la cual dejaba entrever una pistola calibre 22.
Fue entonces que el par de jóvenes dio aviso a la Cruz Roja Mexicana para que los paramédicos se encargaran de la atención. No obstante, al arribo de estos dictaminaron que el cuerpo estaba sin vida.
En entrevista con la Policía Municipal, Brian y Daniel, explicaron que al principio pensaron que se trataba de algún muñeco o de un indigente pero al acercarse se constataron que la mujer no respiraba y de inmediato dieron parte a la mencionada institución médica.
La información preliminar manejada por las autoridades, es que se trató de un supuesto suicidio perpetrado horas antes aunque según fuentes extraoficiales de la policía tampoco se descarta la posibilidad de un asesinato debido a que en el lugar no se encontró algún cartucho percutido.
Luego de la llegada del Fiscal del Ministerio Público (MP), los encargados del peritaje encontraron que entre el cadáver estaba una credencial de la occisa quien fue identificada como Marcela Moya Morales, de aproximadamente 38 años y con domicilio en la 5ª Oriente Sur número 276.
De acuerdo a las primeras investigaciones, al parecer Moya Morales tenía de entre cuatro a cinco horas en el lugar antes de ser encontrada. Tras levantar las pesquisas iniciales, el cuerpo sin vida fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para realizarle la necropsia de ley correspondiente.