domingo, 24 de julio de 2011

EN EL TRAMO TUXTLA-CHIAPA


Crónica de un caos

*Fue provocado por un tractocamión que se deladeó en el kilómetro 7 de la carretera

OSWALDO RODRÍGUEZ
Foto: ULISES LÓPEZ

La fila de autos partía de la efigie de la Diana Cazadora hasta la entrada de la colonia El Valle; más de 200 vehículos estancados en el abrasante sol de por lo menos 31 grados. El camellón central era el acceso alterno improvisado y el estanque de varios vehículos; la hilera de autos se movía por cada dos minutos sólo cinco metros, los motores crujían, el sonido de las bocinas se multiplicaban. La misma escena se repetía a lo largo de siete kilómetros de la carretera Tuxtla Gutiérrez-Chiapa de Corzo.
Varios conductores descendían de sus automóviles y preguntaban a señas la razón del congestionamiento; nadie respondía, todos se enfrascaban en buscar un espacio para seguir avanzando, otros simplemente fruncían el ceño, discutían al aire y remataban con cortes de manga.
Los últimos en la fila estiraban el cuello para cerciorarse de la razón del caos; sin embargo, estaba fuera de la vista, era un tractocamión Dina 800 de plataforma con placas delanteras DA-17-001 y matrícula trasera1B R-56-25 que estaba semi volcado en el kilómetro 7+200 de la carretera.
El operador del camión pesado, Eleazar Maza Corzo, con domicilio en la colonia Cerro Hueco, expresó que la cadena que sostenía una excavadora de oruga —transportada en el tablado— se rompió y la maquinaria cayó a un lado. El peso venció a la unidad, la cual se deladeó hasta sostenerse sólo con sus llantas izquierdas.
La posición de las unidades obstruyó por completo la vía y de inmediato, él y su acompañante, David Flores Álvarez, de 27 años, descendieron asustados. Se dirigían al río Santo Domingo, en la localidad de Chiapa de Corzo, para efectuar trabajos de excavación a orilla del afluente pero su viaje se había interrumpido.
Al poco tiempo del accidente, registrado a las 10:40 horas de ayer, la circulación quedó paralizada, el auxilio tardó en arribar pues las vías estaban congestionadas. Poco a poco, se conjuntaron patrullas de la Policía Municipal, agentes federales y oficiales motorizados de Tránsito.
Pasó una hora, y la desesperación provocó que los automovilistas improvisaran desde rutas alternas hasta elementos de Tránsito “voluntarios”. Uno atravesaban el camellón y otros se atoraban en el intento.
A la hora y media, los agentes viales habilitaron la vía rápida del tramo contrario para agilizar el tráfico, iniciaba frente a la entrada de la colonia Satélite (200 metros delante de la Central de Abastos) hasta la Colonia Lomas del Valle, punto en el que la circulación era dirigida por una joven rubia.
El flujo vehicular en el “nuevo” carril provocaría otro congestionamiento que abarcaría más de un kilómetro; desde la entrada a la colonia Plan Chiapas hasta la zona del accidente.
El caos se había extendido en ambas direcciones de la carretera y las opciones para remover el tractocamión Dina eran limitadas. La unidad pesa aproximadamente 50 toneladas y el espacio para que las dos grúas de ancla maniobraran era pequeño.
Transcurrieron dos horas; la maquinaria seguía intacta y el paso continuaba cerrado. El caos vial se había multiplicado al grado de suscitarse dos accidentes más en la zona. Uno protagonizado entre una camioneta negra y un taxi; otro, por un camión de cinco toneladas y una furgoneta blanca de redilas que transportaba abarrotes.
Los conductores sudaban, veían por cualquier espacio y del aglomerado se percibía el olor a humo y plástico quemado. Al observar de lejos, el panorama chispeaba, ondeaba como en una hoguera a causa del intenso calor en el área.
Patrullas y grúas “remolineaban”, los oficiales cuidaban el paso, vigilaban que ninguno volviera a “colarse” por el camellón y las unidades de arrastre buscaban el lado para reacomodar al camión pesado.
Para librar el congestionamiento, los conductores tenían que esperar por lo menos dos horas y los últimos en la extensa fila fueron desviados hacía el bulevar Juan Pablo II para evitar que la hilera creciera.
Dieron las cuatro de la tarde y los automotores fueron removidos. Más de cinco horas de caos vial en el que por lo menos 200 automovilistas sufrieron los estragos en medio de la desesperación y el infructuoso avance de sus vehículos.

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